¿Qué se te viene a la cabeza cuando piensas en marcas fiables y grandes? Marcas como Nike, Apple y Amazon, ¿verdad?
Estas marcas dominan el arte del branding. Han creado una conexión tan profunda con los clientes que les vienen a la mente sin siquiera pensar en ellos. Así es como hacen branding las empresas de éxito. Se tardan años en crear estas valiosas conexiones con los clientes.
El mercado está inundado de empresas que compiten por hacerse con el primer puesto. Aunque ninguna marca podrá nunca hacerse con el 100% de la cuota de mercado, a menos que se trate de un mercado monopolístico, todas comprenden lo valiosas que son la captación y la fidelización de clientes.
La marca influye en el rendimiento general de tu empresa y en su capacidad para prosperar en el mercado. Podrá influir en la percepción que la gente tiene de tu marca e impulsar nuevos negocios.
Entender esto: tienes un negocio porque buscas resolver un problema. No hay forma de que un negocio sobreviva si no tiene algo que ofrecer. Busca satisfacer una necesidad, una demanda. Y con la marca, debería poder desempeñar un papel en la vida de las personas -bueno o malo, ese es otro tema de debate-. Al menos, podrá labrarse una reputación mientras se lanza a la competencia.
Y recuerda: cada marca es diferente. La magnitud de la marca necesaria para una empresa multinacional que se dirige a todo un país será mucho mayor que la de una tienda local que se dirige a una pequeña ciudad.
La gestión de marca implica establecer una visión, un producto, un envase, un diseño, una colocación, una publicidad, una experiencia de compra, un servicio al cliente y mucho más. Es un proceso integral que abarca casi todos los elementos de la marca y los aspectos asociados a ella.
Para una gestión eficaz de la marca, debes ser capaz de desarrollar múltiples puntos de contacto y ofrecer una experiencia que resuene con tu marca en cada uno de ellos. Cada punto de contacto debe comunicar la visión de tu marca hasta el punto de que tu público empiece a pensar en ti siempre que surja una necesidad.
Una empresa que se ha ganado una buena reputación en el mercado tiene más probabilidades de atraer inversiones. Una empresa que ha invertido en marca se habrá ganado una mayor fidelidad y confianza de los clientes. Es un enorme activo empresarial que se traduce en valor. Las empresas que desean invertir buscan invertir dinero en activos que tengan más probabilidades de reportarles mayores beneficios.
Cuando se hace branding, se pone la marca delante de los clientes potenciales. La gente empieza a reconocer los activos creativos de tu marca, como el logotipo, el tema, el color y otros. En este momento, tu objetivo debe ser establecer tantos puntos de contacto como sea posible para que la gente empiece a pensar en tu marca como sinónimo del producto o servicio que ofrece. Por ejemplo, cuando se trata de teléfonos de gama alta, a la mayoría de los clientes les suena iPhone en la cabeza. Ese es el nivel de conciencia de marca que las marcas buscan desarrollar. Es entonces cuando se consiguen ventas nuevas y repetidas.
El branding exige coherencia de voz en todas las plataformas. Una marca bien gestionada resulta naturalmente coherente en el envase, la publicidad, el servicio al cliente y las experiencias emocionales que emanan de ella. La voz debe ser similar en el sitio web, el blog, las cuentas de redes sociales y las interacciones. Una gestión de marca bien pensada implica desarrollar directrices de estilo de marca, como el uso de palabras específicas, eslóganes, jingles, tipos de letra, colores, etc. en los materiales de marketing. Esto ayuda a los clientes a crear una conexión emocional con la marca. Esto debe transmitirse también a los socios de canal y a los afiliados para que sus esfuerzos promocionales no parezcan fuera de contexto.
Una empresa que tiene una buena ética laboral es querida no sólo por los clientes, sino también por sus empleados. Los empleados se enorgullecen de trabajar para una marca que tiene una cultura de trabajo positiva. Además, siempre es reconfortante trabajar con una marca que goza de reconocimiento.
El brand management no consiste sólo en crear un bonito logotipo o un anuncio. Es un proceso continuo e interminable que incluye la creación de una identidad de marca que resuene con los valores de la empresa y el establecimiento de relaciones arraigadas con clientes, empleados y socios. La digitalización ha cambiado la forma en que las marcas interactúan con los clientes. También ha cambiado drásticamente las expectativas de los clientes. Ahora que tiene una marca, es imperativo que cree directrices y se asegure de que su equipo de gestión de marca las cumple siempre en todas las plataformas.
Monitorizar el rendimiento. Cambiar las estrategias. Adaptarse. Es la única manera de crear una marca que realmente pueda escalar con el tiempo.